Empoderamiento popular
“Buy myself flowers” o “Perdón que te salpique” son dos de las frases que se han vuelto populares este año al hablar sobre empoderamiento. Y es que algo es cierto: ¡Está de moda sentirse empoderado! ¿Pues a quién no le gusta tomar control de su vida, sus decisiones y sus acciones pensando siempre en contribuir a su propio #BetterNormal? Más aún, esta iniciativa ha resultado tan poderosa que ha permitido a las personas transformar sus vidas enfrentando todo aquello que las oprime en su día a día. Y es que para comprender en un mayor grado el proceso del también llamado empowerment, es necesario ahondar en dos posturas que pueden llegar a impedir o impulsar ese añorado glow up de tu proceso.
¿Víctima o protagonista?
La primera es la postura de víctima, enfocada en que la persona se sienta indefensa, impotente y a merced de cualquier fuerza externa. Esto es: responsabilizar a los demás por las situaciones que se viven constantemente y negar haber contribuido a que dicho escenario fuera consecuencia de las buenas y malas decisiones que uno ha tomado para llegar ahí. Un ejemplo que sucede a menudo es el de llegar tarde a alguna reunión mañanera y culpar al tráfico cuando probablemente decidimos descansar 5 minutos más, desayunar, terminar de ver las noticias o cambiar de outfit por última vez.
Por otro lado existe la postura protagónica, en la que los individuos se ven a sí mismos como agentes de cambio y asumen un papel activo en la configuración de sus vidas y comunidades. Es decir, se reconocen a sí mismos como contribuyentes a la creación de un problema y saben que tienen el poder de marcar la diferencia prestando atención a los factores sobre los cuales pueden influir. El ejemplo es claro: “Si no me veo como parte del problema, no puedo ser parte de la solución”. De hecho, para adoptar la postura protagónica se necesita desarrollar dentro del individuo un sentido de autoeficacia o confianza en su capacidad para lograr sus objetivos.
Pruebas del lenguaje
Pero antes de seguir, ¿por qué no tomamos un tiempo para medir tu postura protagónica o victimaria de acuerdo a tu lenguaje?
- Víctima: «Es imposible hacer este informe con toda esta información.»; «alguien debería dar el primer paso y acelerar el proceso»; «no es posible cumplir con ese objetivo»; «debo irme a otra reunión».
- Protagonista: «Aún no encontré la solución para ordenar toda la información que recolectamos»; «tengo una idea que me gustaría compartir con ustedes para hacer más efectivo el proceso»; «decidí no cumplir con ese objetivo»; «quiero irme a otra reunión».
Sin duda, las personas pueden adoptar diferentes posturas hacia el empoderamiento según sus circunstancias y experiencias. Y salir de la postura de víctima puede resultar todo un reto. Pero también sabemos que es posible lograrlo con algunos tips que enlistamos enseguida:
- Buscar mentores, modelos a seguir o comunidades de apoyo para desarrollar habilidades y confianza.
- Superar barreras internalizadas como las dudas y el miedo al fracaso.
- No perder de vista el curso de IDA ¡Empodérate! Para tener en cuenta tips y consejos a profundidad.